"Un viaje de mil millas comienza con el primer paso" (Lao-Tsé)

sábado, 3 de agosto de 2013

El Primer día

En la madrugada del 23 al 24 de julio a las 00:20 de la noche, partía a 10133 km (en vuelo directo por Iberia y operado también por LAN Chile) de Madrid rumbo a Santiago de Chile. Con una maleta de 23 kilos máximo hasta los topes de abrigos, bufandas y botas, pero también de ropa de primavera-verano (vamos todo el armario), una de mano que había que subirse encima para cerrarla, un abrigo en la mano (porque allí hacía frió. Además la gente en las calles de Madrid me miraban raro...) y mis papeles en regla, me despedía de mis grandes amigos que vinieron a verme por sorpresa. Eso sí que son amigos!!
GRACIAS
 Cuando pase el control, tomé un tren dentro del aeropuerto que me llevaba a la zona internacional y sin problemas (me encontré a gente joven que iban a Río de Janeiro con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud con el Papa Francisco) me senté a esperar para subirme al avión y sabíendo que los iba a echar mucho de menos...

Trece horas y media de vuelo en la que te daban de cenar, desayunar, y dormías o veías las películas que te ponían porque otra cosa no se podía hacer (bueno pensar tienes para rato)... y yo TRECE HORAS SIN HABLAR... ¡un récord!

Y llegamos al primer "papeleo". Como ya se ha dicho anteriormente, Chile dispone de unas condiciones climatológicas y geográficas perfectas, no hay riesgo de plagas que afecten a su naturaleza o cultivos. Por eso hay un estricto control a la hora de pasar algún tipo de comida o semillas vegetales o productos animales. Ya en el avión te entregan el típico documento que tienes que entregar a aduana... ¡OJO! En el caso de que no declares ningún tipo de productos y te pillen, la multa puede ser elevadísima. Eso lo tiene muy controlado.

Al llegar lo primero es pasar el control de inmigración (en la PDI: POLICÍA DE INVESTIGACIÓN DE CHILE).. eso parecía una carrera para ser el primero y no esperar la larga cola...pero fue rápido. Tras esto la recogida de maletas y acto seguido entregar el papel que te dieron el avión y pasar las maletas por un scanner por si veían algo que no habías declarado y no lo habías anunciado antes.

Y tras esto... (bueno y cambiarte de ropa o ponerte unos calcetines o un abrigo para no pillar un resfriado) allí estaba ¡MI AMIGA DANI! Nos conocimos en el anterior intercambio que hice en Bologna (Italia), que fui con "mi hermana ya" MACA (te echo de menos), y a partir de ahí nos hemos seguido viendo y la distancia no ha impedido que seamos grandes amigas.

Y rumbo para su casa ( me acoge provisionalmente) podía decir.. ¡¡QUE YA ESTABA EN CHILE!!


MIS AMIGOS (EN MAYÚSCULAS)

VOLANDO VOY

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